Novedades

Karl von Enhuber (1811- 1867) El vigilante Schuster (1861)


Fisgar por una ventana es habitar la profundidad perspéctica y también el tiempo propio de la expectación y la acción. También es poner algo del mundo a la mano.

Plumas ajenas: Ida Vitale

Cultura del palimpsesto

Todo aquí es palimpsesto,
pasión del palimpsesto:

a la deriva,
                        borrar lo poco hecho,
empezar de la nada,
afirmar la deriva,
mirarse entre la nada acrecentada,
velar lo venenoso,
matar lo saludable,
escribir delirantes historias para náufragos.

Cuidado:
no se pierde sin castigo el pasado,
no se pisa en el aire.


De "Nuevas arenas I", 2002

Los elementos míticos del lugar: IV. El agua

Jan Lievens (1607- 1674)
Los cuatro elementos y las edades del Hombre: Agua y vejez (1668)


Cuando seamos verdaderamente sabios, ¿Qué elemento traeremos cuidadosamente al interior de nuestra morada? ¿La idea primordial de confort acaso no radica, en el fondo, en su amplia y segura disponibilidad? ¿Cuál ha sido, de todos los elementos, el más indómito?

Tres tesis sobre estética arquitectónica (III)

La última de nuestras tesis declara que la arquitectura tiene una especificidad propia y diferencial que vuelve necesario un tratamiento teórico estético particular.

Los objetos arquitectónicos no son puros objetos estéticos; de allí que los juicios de valor arquitectónicos constituyen casos especialmente complejos. Sin embargo, el componente estético de los juicios de valor arquitectónicos es ineludible, ya que la arquitectura, como actividad social de producción, tiene un compromiso irrenunciable con las percepciones que suscita y los juicios de valor correspondientes.

Para entendernos mejor: Hoy, Pasaje

Definición
1. Lugar cuya principal implementación habitable es la de conectar dos o más lugares.║ 2. Patrón del habitar destinado principalmente al paso o al tránsito. .║ 3. Lugar umbral

Algunas notas leídas en las esferas de Peter Sloterdijk: De Esferas III. Espumas. 8

La isla antropógena es un lugar de metamorfosis: en ella las manos animales (Pfoten) de los preadamitas se transforman en manos humanas. Los homínidos se convierten en quiroprácticos, que por medio de sus recién adquiridas manos establecen relaciones extrañas con las cosas. Sí, la existencia de “cosas”, en el sentido de objetos manejables y públicos en torno a nosotros, es ya un reflejo mundano del acontecimiento que supone que un día en la sabana ciertas islas de monos emprendieron el camino a la adquisición de manos. Donde se mantuvieron las manos animales, los seres vivos en su totalidad quedaron encerrados en repertorios limitados, todavía animales, de modos de aprehensión. El asimiento con las manos animales es sólo un escalón previo de la configuración del mundo. Sólo cuando una mano coge las cosas, las encuentra manualmente o las arregla manipulándolas, comienza la transformación de lo que está y queda en derredor en algo utilizable. Éste es, en toda su sencillez, el primer acto de la producción de mundo; con él comienza la autoinclusión de los isleños. Conduce a aquella clausura extática, que en la filosofía del siglo XX se habría de llama el ser-en-el-mundo. Quien es en el mundo tiene útiles a mano; donde hay útiles cerca, no puede estar lejos el mundo.
(Sloterdijk, 2004: 280s)

Los elementos míticos del lugar: III. La tierra

Jan Lievens (1607- 1674)
Los cuatro elementos y las edades del Hombre: Tierra y madurez (1668)


¿Qué elemento está, en principio, a la mano? ¿De qué están hechas las cosas obras del Hombre? ¿Hacia  dónde iremos, cuando nos cansemos de trajinar, expulsados para siempre del Paraíso?

Tres tesis sobre estética arquitectónica (II)

La segunda de nuestras tesis formula que la teoría estética es un caso particular y específico de una axiología, esto es,  deviene una disciplina que trata de bienes y valores de una categoría especial.
Antes de constituir categorías estéticas, lo bello, lo hermoso, lo sublime, lo feo, lo grotesco, lo trágico y lo cómico son valores, esto es, entidades que provienen de los vínculos que se entablan entre los sujetos y los bienes u objetos portadores de valor.

En la experiencia estética priman precisamente los vínculos específicos sujeto-objeto, por encima de las particulares conformaciones tanto de los objetos en sí o de los mismos sujetos.

Los elementos míticos del lugar: II. El aire

Jan Lievens (1607- 1674)
Los cuatro elementos y las edades del Hombre: Aire y juventud (1668)


¿Hacia dónde dirigir la mirada, una vez erguidos para siempre, y en la sabana? ¿En dónde se anuncian los presagios de lo que vendrá? ¿Con qué construiremos, esencialmente, las moradas del Hombre?

Tres tesis sobre estética arquitectónica (I)

Se pueden formular tres tesis para una estética arquitectónica:
La primera de estas tesis enuncia que la experiencia estética es el centro temático alrededor del cual rota en espiral el desarrollo de una teoría estética, en los términos en que nuestro tiempo reclama.
Un estudio reflexivo debe adoptar un centro temático: el nuestro lo hace en una especie de experiencia en donde lo percibido con los sentidos es objeto de un juicio de valor específico.

En la actualidad, las teorías estéticas abordan su tema desde múltiples perspectivas; aquí intentaremos un abordaje propiamente estético del fenómeno estético, esto es, observaremos y juzgaremos aquello que el fenómeno estético manifiesta.

Los elementos míticos del lugar: I. El fuego

Jan Lievens (1607- 1674)
Los cuatro elementos y las edades del Hombre: Fuego e infancia (1668)


¿Acaso el Sitio Habitado no es otra cosa que un fuego dificultosamente domesticado? ¿Por qué persistimos en llamar al núcleo íntimo de la casa el hogar? ¿Qué no harían en su torno, plenos de estupor y ferocidad, nuestros remotos antepasados?

Hablas ajenas: Platón

En ese instante de la vida, querido Sócrates […], más que en ningún otro, vale la pena el vivir del hombre: cuando contempla la belleza en sí.

(Platón, El banquete, 211d)

Para entendernos mejor. Hoy, Habitantes

Definición
1. Conjunto estructurado de agentes humanos que desarrollan un habitar efectivo. ║ 2. Agentes sociales que vuelven efectivo el habitar como práctica social. ║ 3. Agentes sociales protagonistas de las prácticas sociales de producción de lugares.

Algunas notas leídas en las esferas de Peter Sloterdijk: De Esferas III. Espumas. 7

En estado de desarrollo mínimamente completo la antroposfera es determinable como un espacio de nueve dimensiones. A ella pertenecen, como aportaciones configuradoras de mundo, imprescindibles cada una de ellas en su caso, las siguientes dimensiones o topoi.
  1. el quirotopo, que incluye el ámbito de acción de las manos humanas, la zona de lo que está ante ellas y a su disposición, el entorno de acción (acción manual en sentido literal), en el que se producen las manipulaciones objetivas primarias, los primeros lanzamientos, golpes y cortes, los primeros efectos característicos,
  2. el fonotopo (o logotopo), que genera la campana vocal bajo la que los convivientes se oyen unos a otros, hablan unos con otros, se reparten órdenes unos a otros e inspiran unos a otros,
  3. el uterotopo (o histerotopo), que sirve para la generalización del ámbito maternal y para la metaforización política de la gravidez, y produce una fuerza centrípeta, que, incluso en unidades más grandes, será experimentada por los incluidos en ellas como sentimiento de pertenencia y fluido existencial común,
  4. el termotopo, que integra al grupo como receptor originario de los beneficios de la repartición de los efectos del hogar, que representan la matriz de todas las experiencias de confort y a causa de los cuales es dulce la patria,
  5. el erototopo, que organiza el grupo como el lugar de las energías eróticas primarias de transferencia, y le pone bajo estrés como dominio de celos,
  6. el ergotopo (o falotopo), en el que una fuerza paternal o sacerdotal de definición, con efectos en todo el grupo, genera un sensus communis, un decorum (una conveniencia) y un espíritu de cooperación, desde el que se formulan obras (erga, munera) comunes, fundadas en la necesidad, y se distinguen diferentes funciones laborales, hasta el enrolamiento de los miembros en el máximo estrés, la guerra, que se entenderá como la obra fundamental de una comunidad elegida para la victoria,
  7. el alethotopo (o mnemotopo), por el que un grupo en aprendizaje se constituye como custodio de su continuum de experiencia y se mantiene en forma como depósito central de la verdad con su propia pretensión de validez y su propio riesgo de falsificación,
  8. el thanatotopo o theotopo (o bien, iconotopo), que ofrece a los antepasados, a los muertos, a los espíritus y dioses del grupo un espacio de revelación o un teclado semiótico para manifestaciones significativas del más allá,
  9. el nomotopo, que vincula recíprocamente a los coexistentes por “costumbres” comunes, por reparto del trabajo y expectativas recíprocas, con lo que, por el intercambio y el mantenimiento de la cooperación, aparece una tensegridad imaginaria, una arquitectura social compuesta de expectativas, apremios y resistencias mutuos, en una palabra, una primera constitución.
(Sloterdijk, 2004: 279s)

Mercado

María de los Ángeles Martínez (1953) Feria en Plaza Matriz (s/f)


La ciudad se cumple a sí misma en el intercambio generalizado y en el cruce de los innumerables laberintos de gentes y cosas.

Paradigmas del habitar

La actividad social de producción que persigue la síntesis de la forma habitable opera morosamente a lo largo de la historia y progresa según evoluciona la cultura de la comunidad.
La historia menuda de la consecución de esta síntesis de la forma consta de sucesivos ensayos y correcciones, imitaciones y reelaboraciones. Se consiguen, en cada estadio civilizatorio, diversos arreglos de elementos que tienden a persistir en el tiempo mediante dos mecanismos endoculturales: la reproducción y la reelaboración crítica.

Tenemos paradigmas del habitar en tanto contamos con esquemas morfo-finalistas que resultan ejemplares y disponibles para la reproducción en arquitecturas del lugar. La labor arquitectónica corriente suele aprovechar la existencia de paradigmas legitimados para reproducirlos con mínimas variantes de detalle.

Arte y tecnología en el siglo XIX

Charles Giraud (1819- 1892) El comedor de la princesa Mathilde (1854)


Es recurrente observar el historicismo del siglo XIX. Pero también debe repararse en que la magia singular de este patio-comedor es deudora de la tecnología del vidrio y el hierro que hacen posible el cierre iluminado del lugar.

Plumas ajenas: Peter Sloterdijk

Los libros, dijo una vez el poeta Jean Paul, son voluminosas cartas a los amigos. Con esta frase llamó él por su nombre de modo refinado y elegante a lo que es la esencia y función del Humanismo: una telecomunicación fundadora de amistad por medio de la escritura. Lo que se llama ‘humanitas’ desde los días de Cicerón, pertenece en sentido tanto estricto como amplio a las consecuencias de la alfabetización. Desde que existe la filosofía como género literario, recluta ella a sus adeptos por este medio, escribiendo de modo contagioso sobre el amor y la amistad. No se trata sólo de un discurso sobre el amor a la sabiduría, sino también de conmover a otros y moverlos a este amor. Que pueda en todo caso la filosofía escrita, tras sus comienzos hace dos mil quinientos años, mantenerse en estado virulento todavía hoy, lo debe sin duda a los resultados de su capacidad para hacer amigos a través del texto.

(Sloterdijk, 1999)

La medida humana de todas las cosas

Edward Jean Steichen (1879- 1973) Isadora Duncan en el Partenón (1921)


Nadie pone en cuestión el carácter venerable de las piedras sagradas. Pero también alguna atención merece la irrupción del cuerpo vivo en el intercolumnio: dueño en el tiempo del espacio como sólo una bailarina.

Aquí y Allá

El fenómeno del habitar funda, como articulación fundamental, un aquí recortado por oposición a un allá.
Ambos lugares sólo pueden ser indicados por el habla: en el texto escrito siempre adquieren un sentido figurado. Debe haber, entonces, un hablante y un interlocutor copresentes para que aquí y allá se vuelvan inequívocos.

Allá radican todas las cosas con las que ponemos distancia prudente, para invaginarnos, cautelosos, en nuestros aquí.

Para entendernos mejor, hoy: Región

Definición
1. Lugar de cierta extensión territorial definido por una o más características que se verifican dentro de su contorno.║ 2. Patrón del habitar constituido por un emplazamiento situado en un contexto de identidad y pertenencia.

Algunas notas leídas en las esferas de Peter Sloterdijk: De Esferas III. Espumas. 6

En las islas antropógenas comienza una aventura protoarquitectónica: y, efectivamente, a causa de la sinergia de la construcción animal de nidos y nichos y del funcionamiento homínido en campamentos, hasta que un día lejano las exigencias de espacio, ya humanas, hayan cristalizado tan ampliamente en que de ellas pueda derivarse un estímulo apremiante a la construcción de chozas, pueblos y ciudades. Partimos de la tesis que la arquitectura constituye una reproducción tardía de configuraciones espontáneas de espacio en el cuerpo grupal. Aunque el hecho humano se base en un efecto invernadero, los invernaderos primarios antrópicos no poseen, en principio, paredes y tejados físicos, sino, si se pudiera decir así, sólo paredes de distancia y tejados de solidaridad. El ser humano, el animal que tiene distancia, se yergue en la sabana: así consigue la perspectiva del horizonte. Como habitantes de una forma de aislamiento de nuevo tipo, los seres humanos se instalan cabe sí mismos.
(Sloterdijk, 2004: 277s)

Aquellas enfiladas

Emanuel de Witte (1617- 1692) Interior con mujer al virginal (1670)


Con el auxilio de lugares así, se puede uno permitir pensar en laberintos, en infinitos, en moradas hondas, en trémulos umbrales, en espejos.

Plumas ajenas: Jean Paul Sartre

El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. …este es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser. No lo que querrá ser. Pues lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí mismo.

(Sartre, El existencialismo es un humanismo)

La madre de todas las plazas

María de los Ángeles Martínez (1953) s/d


En el centro de la Plaza Matriz, el monumento a la novedad del agua corriente en la ciudad, en el entorno inmediato, naturales y turistas intercambiando con tranquilo fervor. Pudiera pensarse que es una postal, pero en verdad es la vida de Montevideo sorprendida in fraganti en su acontecimiento.

Ética arquitectónica y urbanística

¿Tenemos entonces la arquitectura y el urbanismo que nos merecemos?
Es cruel rendirse a la evidencia que, en cierto modo, es así y mientras tanto, es imperioso esbozar el compromiso social con la arquitectura y el urbanismo del futuro que estamos construyendo.

Para ello, es necesario desarrollar en el cuerpo y conciencia sociales una razonada ética del habitar que comprometa a éstos con la arquitectura de lugares y ciudades a que tienen un derecho configurado en forma directamente proporcional con el compromiso asumido.

Elevarse

Antonio Carnicero (1748- 1814) Ascensión de un globo Montgolfier en Aranjuez (1784)


La historia épica de la humanidad tiene en la tozuda lucha contra la fuerza de gravedad uno de sus más exaltantes capítulos. También resulta de un habitar la dirección vertical

Plumas ajenas: Adela Cortina

Algunos éticos nos hemos refugiado humildemente en una ética de mínimos, y nos limitamos a decir a nuestros oyentes y lectores: al decidir las normas que en su sociedad van a regular la convivencia, tenga en cuenta los intereses de todos los afectados en pie de igualdad, y no se conforme con los pactos fácticos, que están previamente manipulados, y en los que no gozan todos del mismo nivel material y cultural ni de la misma información; porque —por decirlo con John Rawls— usted está convencido de la igualdad humana cuando habla en serio sobre la justicia; o cuando ejecuta actos de habla con sentido, por decirlo con la ética discursiva; haga, pues, del respeto a la igualdad una forma de discurso normativo y de vida.
(Adela Cortina, 1986)

Para entendernos mejor, hoy: Cruce

Definición
1. Lugar en donde se intersectan dos o más sendas.║ 2. Patrón del habitar constituido en un itinerario en donde se produce una alternativa de direcciones.

Algunas notas leídas en las esferas de Peter Sloterdijk: De Esferas III. Espumas. 5

Si se quisiera decir en una frase y con un mínimo de expresiones lo que el siglo XX, junto a sus logros inconmensurables en las artes, aportó como características inconfundiblemente propias a la historia de la civilización, bastaría con considerar tres criterios. Quien desee comprender la originalidad de esa época ha de tener en cuenta: la praxis del terrorismo, la concepción del diseño del producto y las ideas sobre el medio ambiente. Por lo primero, se establecieron las interacciones entre enemigos sobre fundamentos posmilitares; por lo segundo, el funcionalismo consiguió reincorporarse al mundo de la percepción; por el tercero, los fenómenos de la vida y del conocimiento se vincularon entre sí a una profundidad no conocida hasta entonces. Esos tres criterios juntos señalan la aceleración de la explicación, de la inclusión reveladora de latencias y datos del trasfondo en operaciones manifiestas.
(Sloterdijk, 2004: 75)

Obra de arte total

Intervención anónima en los servicios higiénicos de la Academia de Arte de Brera (2011)


Duchamp, si viviera, levantaría la vista del tablero de ajedrez, aunque sólo por un instante

El legado del racionalismo funcional arquitectónico

El racionalismo funcionalista arquitectónico condujo a producir un tipo moderno de vivienda, arreglada en áreas mínimas y con disposiciones ad hoc cada vez más rígidas: las amplias cocinas-comedor de la casa tradicional del Novecientos se redujeron a la cocina-mostrador, herencia tipológica de la cocina de Frankfurt; las holgadas alcobas tradicionales se transformaron en ajustados dormitorios y los antiguos patios con claraboyas cedieron lugar a minúsculos pasillos. Lo paradójico es que las antiguas casas del Novecientos, concebidas con simplicidad de disposición y generosidad dimensional en un contexto en donde la familia representaba una figura clara, evidente y perdurable, sin embargo lograban de hecho adaptarse con relativa facilidad a distintas configuraciones microsociales. El apartamento contemporáneo típico, a este respecto, ha perdido casi toda su flexibilidad, como resultado del ajuste ad hoc de las formas a las funciones y la reducción de superficies habitables.

¿Juego de niños?

Giulio del Torre (1856- 1932) Niños jugando con jabón (1906)


Para todos aquellos que nos hemos privado de otorgar mucha atención a los juegos de los niños. Un filósofo como Peter Sloterdijk ha podido desarrollar una maciza trilogía pensando en las pompas y otras esferas. Y lo increíble es que aporta a la reflexión arquitectónica. 

Habitar es un proyecto

Habitar es un proyecto.
La situación y acontecimiento del habitar siempre se vuelca con expectativa hacia el futuro y guarda profunda memoria de lo vivido. Habitar prolifera en unas instancias críticas que alientan la transformación, a veces morosa, de los lugares: se habita, en cierta forma, en obras en construcción y reforma.
Si bien los modos de habitar de cada particular adoptan formas con mucho de idiosincrático, las conductas sociales tienden a hacer concurrir, aquí y allá y según perfiles socioeconómicos y culturales ciertos proyectos sociales del habitar que van orientando el desarrollo de la ciudad contemporánea.

Así, cada figura de agente social conforma un proyecto más o menos regular, el que se traduce en la acción habitable y en las tensiones sobre la ciudad como producción social.

El Artista y su Obra

Herzog ante el edificio del BBVA. / EL PAÍS-LIVE! / FOTO: LUIS SEVILLANO

Todo un comentario sobre la actividad arquitectónica:
“Cuesta adivinar que tras el muro está el paraíso, pero el desierto urbano queda al otro lado de la fachada y dentro, el paraíso de los trabajadores”
Jacques Herzog, 2015
Me parece a mí  —no sé a ustedes—, que las cosas empiezan por lo menos en forma preocupante cuando un arquitecto proyecta una obra maestra en un “desierto urbano”. ¿No será hora que algún que algún que otro arquitecto haga emerger, como lo haría una planta, un edificio adecuado, digno y decoroso en un emplazamiento urbano no menos adecuado, digno y decoroso?

Véase la noticia completa en http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/28/actualidad/1432834465_874325.html

Plumas ajenas: Anatxu Zabalveascoa

Las arquitecturas corporativas han dejado de ser rascacielos para convertirse en fortalezas. Al oeste de Madrid, Kevin Roche levantó la ciudad financiera del Banco de Santander y en Las Tablas, al norte, despunta el rascacielos de la sede del BBVA ideada por Herzog y de Meuron. La Vela, de 93 metros de altura, es un eco del terreno liberado en el suelo para dejar espacio a una gran plaza pública, que es, en realidad, privada.
Anatxu Zabalveascoa
Ver artículo completo en

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/28/actualidad/1432834465_874325.html