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Ética arquitectónica

Una ética arquitectónica señala la propia dignidad y humanidad del concierto social que da lugar a la arquitectura.

La actividad arquitectónica, que es una actividad social compleja, reviste una específica dignidad en la manifestación propia de la humanidad implicada por los motivos que la solicitan y promueven, los medios de que hace uso y también los logros que consigue su obrar. El talento profesional del arquitecto es apenas un componente necesario y fundamental, pero la dignidad y humanidad del contexto productivo no es menos necesario y fundamental: la buena arquitectura, en sentido ético, es resultado de la convergencia sociocultural de la dignidad y humanidad de la sociedad que la promueve e implementa.

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