El acontecimiento de habitar un lugar implica al menos un
enunciado de sentido completo.
La identidad, la memoria y la referencia del lugar son
los contenidos esenciales de tal enunciado. La identidad se construye
efectivamente con el vínculo entre el sujeto habitante y la proyección
percibida del campo espacio temporal específica del lugar. La memoria, por su
parte, se construye mediante la propia elaboración de los perceptos en una
síntesis significativa que compara, clasifica y ordena las figuras. La
referencia, en fin, se construye con la inserción del lugar en un sistema
topográfico de los lugares que el sujeto habita.
Estos tres contenidos son aspectos analíticos de una
operación única y sintética: el habitar efectivo de un lugar.
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