Es siendo un cosmos que la casa, la representación más
entrañable y básica de todo el habitar, que implica el punto o centro de dos facultades cruciales
para conocerlo y constituirlo: contemplar
y soñar.
Habrá que ver si allí, en el habitar de la casa, son dos
efectivas facultades claramente diferenciadas: Bachelard ha confiado claramente
en un soñar clarividente que permita dar con la cosa misma del habitar.
Por otra parte, la ciencia social empieza a descubrir un
valor revelador en las utopías, los mitos y en las quimeras que se forjan,
habitando en la casa, con respecto al habitar futuro y deseado (Lindón, 2005).
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