Todo fenómeno vital se desarrolla en una situación o
circunstancia espacio-temporal que hace posible efectivamente su desarrollo y
reproducción.
El ambiente, así concebido, es el campo estructurado
donde se desarrollan de modo integral los procesos vitales. En general, su
estudio refiere a una entidad viva
determinada y es frecuente centrarlo en torno a una biocenosis dada, localizada en un espacio y tiempo concretos. De un
modo específico, su análisis se aplica al examen de las interacciones
funcionales complejas entre sus componentes funcionales, sean éstos tanto
abióticos como bióticos.
En virtud de ello, el concepto de ambiente es más
específico que el del hábitat (‘lugar en donde se vive’), comprendiendo el
entramado de vínculos recíproco que guardan las entidades vivas entre sí y con
respecto a los factores abióticos, como el suelo, el aire, el agua o la
energía.
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