Hay que pensar en este gesto fundamental de volcarse la
consciencia hacia el exterior, hacia una región del espacio que oficie de lugar
a la mano, al alcance de la operación y pantalla de proyección.
Hay que pensar en toda la gravedad ritual que significa
en su origen. Hay que pensar en la constitución recíproca de un pensamiento
participable de un modo social, confrontable con la vivencia subjetiva: un
mismo gesto que aúna pensamiento, operación práctica y producción.
Una combinación compleja e indiferenciada de pensamiento,
acción transformadora y registro mnemónico puesto al servicio de la
constitución plena de una situación y de un acontecimiento. Eso es proyectar
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