Adam Friedrich Oeser (1717- 1799)
Monumento: Von Kleist me amaba (1761)
Para
algunos —entre los que no me cuento— el monumento es el gesto de lo
arquitectónico por excelencia. Esto, si se considera que sólo la realización
constructiva de carácter artístico dominante sobre la finalidad utilitaria es,
cabalmente, Arquitectura con las debidas mayúsculas. Sin embargo, aquí nos ocupamos de la mera
arquitectura que abarca el conjunto de
transformaciones sobre la tierra con
el fin de habitarla, según la formulación de William Morris.
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