En el
lenguaje corriente, suelen intercambiarse los significados de estos dos
términos.
En
principio, no hay demasiado problema en ello, siempre y cuando se asuma
explícitamente las consecuencias que derivan de equiparar la habitación a la
vida. No obstante, me parece necesario consignar que el término vivir tiene una
extensión semántica que no tiene la palabra habitar. En mi opinión, el término
habitar hace mención a una conducta propia de aquellos que viven, sí, pero que además existen. Somos nosotros, que
sabemos que vamos a morir, los que habitamos y constituimos lugares. Se puede
vivir simplemente haciendo irrupción en un ambiente dado y se puede habitar
obligado a transformar el medio en lugares con diversos significados.
Encontrar
un marco riguroso del significado del término habitar podrá perfeccionar
nuestra referencia cognoscitiva a este obrar del hombre.
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