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Complejidad estética de la habitación del lugar

Habitar la arquitectura implica no una disposición especial del sentido de la vista, sino la completa inmersión multisensorial del sujeto en el lugar.
El lugar se juzga con la visión, con la audición, con el tacto, con el olfato, con el tránsito. Por otra parte, estas sensaciones se vinculan complejamente entre sí y se sintetizan en la experiencia estética total de la arquitectura del lugar. El habitante no es un espectador, que se reduce a contemplar a cierta distancia la contextura plástica o escultórica de un objeto extraño, sino que es un participante activo de su propia experiencia estética: explora, indaga y conoce por sí mismo el lugar, haciéndolo propio.

La habitación de un lugar promueve una específica forma de estética.

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