Los interiores hablan de la propia constitución del
sujeto, de su conquistada privacidad, de lo íntimo en su circunstancia. Si el
costado exterior de la arquitectura es sabio,
correcto y... magnífico, el lado interior no es menos sabio y correcto,
aunque deberá examinarse si la escala
conforme al habitar cotidiano deberá ser magnífica o proporcionada a las coreografías de la vida de los
habitantes. La arquitectura dispone sus dos faces bajo un sistema de reglas
coherente que se ve solicitada por contradictorios condicionamientos del
carácter social o público tanto como los de carácter personal o íntimo.
Nos adentraremos en la arquitectura del lugar de las
sombras al indagar en la constitución interior de los ámbitos habitados.
Deberemos recorrer con delicadeza la piel sensible de la arquitectura, allí
donde ésta toca precisamente la piel de quienes la habitan.
Para ello, deberemos considerar las texturas de las
superficies del interior, así como las contexturas de los ámbitos, las personas
y sus rituales.
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