El lugar de la morada es el foco en donde se concentran
con más nitidez las expresiones, modulaciones y producciones del habitar.
La morada es un origen de coordenadas y el foco de un
campo triplemente condicionado: desde los puntos de vista físico-ambientales,
socio-económicos y políticos. De esta manera, la estructura del habitar
atraviesa toda la vida social desde la infraestructura material, la estructura
social y económica y la superestructura. Es necesario advertir que, en una
perspectiva teórica adecuada, no puede plantearse, siquiera operativamente, la
constitución simple de un “problema de la morada”, al que seguiría
necesariamente una solución física, social y política simple, sino y en todo
caso, una estructura compleja de problemas que afectan el núcleo de condiciones
de la totalidad de la vida en sociedad.
Ya no es posible plantearse el problema de la vivienda o de la morada, como un tópico sencillo
y expeditivamente resoluble.
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