Lo que en el
lenguaje de algunos filósofos modernos se llamó ser-en-el-mundo significa para
la existencia humana, primero y sobre todo: ser-en-esferas. Si los seres
humanos están ahí, están en
principio en espacios que se han abierto para ellos porque ellos les han dado
forma, contenido, extensión y duración relativa al habitarlos. Pero, dado que
las esferas constituyen el producto originario de la convivencia humana —de lo que
no ha tomado jamás ninguna teoría del trabajo—, esos lugares
atmosférico-simbólicos de los seres humanos dependen de su renovación
constantes; esferas son instalaciones de aire acondicionado de las que vale
decir: no participar en su construcción e instalación es algo que no entran en
la consideración de seres que realmente viven en común. La climatización
simbólica del espacio común es la producción originaria de cualquier sociedad.
De hecho, los seres humanos hacen su propio clima, pero no lo hacen espontáneamente,
sino bajo circunstancias encontradas, dadas y transmitidas.
(Sloterdijk, 1998: 52)
Comentarios
- No entiendo cómo, si el autor enumera
las características de sus esferas: forma, contenido, extensión y duración… se quede en el puro espacio
abstracto, en vez de considerar un campo,
esto es, una estructura espacio-temporal.
- Es interesante este fragmento por su
alusión al trabajo (también
podría considerarse la producción)
que elabora estas esferas. De allí puede partir una teoría de la producción social de lugares —que no esferas— o
bien una poética (poiética) del
habitar.
- La actividad —o protoactividad— de lo
que nuestro autor denomina climatización
es una idea singularmente interesante. Habrá que rumiarlo mucho.
- Ya que se menciona una protoactividad, a
mí me parece que ésta, por excelencia es la articulación del mundo
habitado: distinguir unos y otros
lados. Con lo que la cuestión sería ¿qué protoactividad es primera y
precedente a la otra, la articulación o la climatización? ¿O es que una
presupone a la otra?
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