Si se quisiera decir en una frase y
con un mínimo de expresiones lo que el siglo XX, junto a sus logros
inconmensurables en las artes, aportó como características inconfundiblemente
propias a la historia de la civilización, bastaría con considerar tres
criterios. Quien desee comprender la originalidad de esa época ha de tener en
cuenta: la praxis del terrorismo, la concepción del diseño del producto y las
ideas sobre el medio ambiente. Por lo primero, se establecieron las
interacciones entre enemigos sobre fundamentos posmilitares; por lo segundo, el
funcionalismo consiguió reincorporarse al mundo de la percepción; por el
tercero, los fenómenos de la vida y del conocimiento se vincularon entre sí a
una profundidad no conocida hasta entonces. Esos tres criterios juntos señalan
la aceleración de la explicación, de la inclusión reveladora de latencias y
datos del trasfondo en operaciones manifiestas.
(Sloterdijk, 2004: 75)
Comentarios
Suena algo desconsolador este balance del siglo XX,
pero en el fondo parece que es así
No hay comentarios.:
Publicar un comentario