En
estos tiempos circula la expresión ciudad
inteligente.
Por
tal, se concibe una ciudad en que proliferan diversos ingenios que optimizan
los consumos de energía, prometiendo un futuro de sostenibilidad, toda vez que
cada instancia de la vida ciudadana implique un uso eficiente de recursos.
Estas
serían, en realidad, ciudades eficientes o ingeniosas. Una ciudad inteligente
debe prometer algo más que eficiencia. Una ciudad inteligente lo sería por
serlo la comunidad organizada de sus habitantes.
Asegurar
para todos una ciudad adecuada, digna y decorosa es la perspectiva razonable de
una verdadera ciudad inteligente. A por ello.
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