En la
primera entrada de este blog se ha escrito: Antropólogos,
están desafiados.
Sucede
que es atronador su silencio. No parece que los antropólogos tengan el menor
interés en responder, así sea unas palabras de mera cortesía. Entonces:
¿Habrá
que improvisarse como antropólogos o habrá que seguir razonando, operando y
produciendo como arquitectos?
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