Hay
una arquitectura que se piensa haciendo centro en el compromiso con la
construcción.
Hay
otra arquitectura que puede pensarse haciendo centro, en cambio, en la compleja
operación intelectual del proyecto.
Y,
por ahora y hasta que surja otra deriva, una arquitectura que puede
desarrollarse como un servicio social que asiste al habitar de las personas.
¿Puede hablarse aún de una
arquitectura o ya es tiempo de distinguir sus especies allí donde los senderos
se trifurcan?
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