Cuando uno habita, puede decirse: sienta sus reales. Esta locución, de origen militar, hace mención
al domino pleno de un lugar con propósitos de acampada.
Cuando uno habita, también se dice: se emplaza. Esto es, que de un sitio se abre o desbroza una plaza,
un lugar que se ocupa.
Por otro lado, cuando uno habita se dice que se avecina. Aquí ya se hace mención a
cierta relación ya no meramente entre personas y lugares físicos, sino entre
también entre sujetos.
Estas tres locuciones especifican o modulan cada uno de
ellos ciertos aspectos del habitar, mientras que, en el lugar de su
intersección semántica, el concepto general se ilustra a título de ejemplo particular.
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