Albert Chevalier Tayler (1862-
1925) La hora tranquila (1913)
Construimos
morosamente nuestras habitaciones para tener, de tanto en tanto, horas
tranquilas. Estas horas tranquilas son escasas y siempre poco extensas y se
alternan con otras de diversa naturaleza. Es por la alternancia que podemos
conferirles valor.
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