Con
frecuencia se confunde el habitar con el establecimiento, con una condición de
arraigado sedentarismo.
Pero
también debe considerarse el habitar en los tránsitos. Cuando Antonio Machado
dice que no hay camino, se hace camino al
andar, es que podemos entrever un modo propio de habitar transitando. No se
trata de un deambular enlazando de la manera más escueta y olvidada de sí una
partida con un arribo —esto es lo que sucede en los no-lugares—, sino que
sucede que habitamos el camino en ocasión
del tránsito.
La circulación atenta, la
caminata consciente de sí, el deambular exploratorio son la habitación de los
tránsitos.
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