El
sueño de Arcadia entendida como locus
amoenus, suele presentarse tanto como una proyección hacia lo lejano como a
lo antiguo.
Alejada
de la ciudad tanto como de la civilización, cercana a la Naturaleza en su faz
más amable y vecina de gente sencilla y feliz, la Arcadia se sueña.
Por
otra parte, en la memoria honda de la humanidad, se añora los tiempos pasados,
los que, en el tópico, fueron mejores
que los conflictivos presentes que nos tocan; así la Arcadia es recordada.
Puede
ser que en lo hondo de nuestra constitución psíquica resida un vago fantasma de
aquello que alguna vez nos ha hecho felices y que nos obstinamos en olvidarlo o
sustraerlo de nuestra padecida vigilia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario