El
habitar puede ser caracterizado tanto como una conducta, una práctica o una
producción.
Como conducta,
es una manifestación de los modos de ser de las personas, un fenómeno
observable y describible de forma rigurosa.
Como
práctica, es una manifestación de ciertos modos de operar las personas; formas
y figuras de acciones intencionadas.
Como
producción, en fin, es un proceso recurrente de ideación, elaboración e
implementación que se materializa en productos de existencia contingente.
En
este sitio se considera que el habitar puede y debe ser considerado de estas
tres formas, pero hay que detallar en cada caso, cuál de ellas es la
caracterización de referencia.
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