El esteta italiano Gillo Dorfles, ha definido la
arquitectura como el arte de la medida. Ronald Barthes, por su parte, dice que es el
arte del tamaño de las cosas.
Evidentemente no son definiciones coincidentes. Y
es lástima no poder presenciar una discusión entre ellos para aclararlo.
Santiago
de Molina, 2009
Convengamos:
la distinción entre medida y tamaño es sutil. Convengamos también: las dos
caracterizaciones son parciales, por una parte y no necesariamente antitéticas,
por otra.
En
principio parece que cuando uno mide cuantifica.
Cuenta cuántos patrones caben en una determinada extensión. Estrictamente, verifica
ciertas matemáticas congruencias. En un sentido lato, la medida se vuelca en
cordura, prudencia, moderación.
Por
su parte, cuando uno aprecia un tamaño califica.
El patrón de referencia tiene un valor que es mucho más importante que un
cómodo módulo convencional. Tam magnus
es, quizá, una expresión para lo desmedido.
Cuando
Le Corbusier abordó estas cuestiones, pretendió, con su Modulor, resolver, a la
vez, el problema de la cordura en las medidas y la cuestión del tamaño conforme
a las medidas del hombre. Se equivocó y a la vez señaló un problema crucial
para el diseño arquitectónico.
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