La
palabra confort hace mención al bienestar subjetivo y a la comodidad material.
En un
sentido muy estricto el confort es una conjunción de valores ambientales
(temperatura, humedad y velocidad del aire) en donde el cuerpo se encuentra en
un calmo equilibrio. Pero también el confort es la relativa comodidad de
equipamientos y enseres en la relación de uso. En definitiva, parece que por
confort no podemos contentarnos con un sentido puramente subjetivo ni con un
significado puramente objetivo, sino con una relación o vínculo feliz entre una
disposición, actitud o ritual del cuerpo en correspondencia con los elementos
materiales y energéticos de su ambiente habitado.
El
confort, así entendido, constituye un importante contenido de una teoría del
habitar plenamente desarrollada.
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