Hestia,
diosa griega del hogar —también de la construcción y la arquitectura— se destaca
por su castidad, se preocupa de la pureza en general y, también hay que
decirlo, se obsesiona con la limpieza.
Su
castidad es el fundamento de la paz y orden sociales, así como de la felicidad
y tranquilidad familiares. Su preocupación por la pureza garantiza la salud
corporal y espiritual. Por su parte, la obsesión por la limpieza ampara las más
recónditas fibras anímicas de algunas amas de casa.
Desde
entonces, en el interior de cada casa acecha una presencia atenta a refregar la
más pequeña de las manchas. El hogar reluce.
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