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El mundo de las cosas a la mano

Los homínidos se convierten en quiroprácticos, que por medio de sus recién adquiridas manos establecen relaciones extrañas con las cosas. Sí, la existencia de “cosas”, en el sentido de objetos manejables y públicos en torno a nosotros, es ya un reflejo mundano del acontecimiento que supone que un día en la sabana ciertas islas de monos emprendieron el camino a la adquisición de manos
Sloterdijk, 2004

Las manos humanas, liberadas del compromiso locomotor, se revelan pronto decisivas para la autoconstitución humana.
En efecto, al asir algo, esto se vuelve una cosa; al lanzar esta cosa, hay una acción a distancia, una conquista práctica de un lugar, una distinción estructural básica entre aquellas cosas-a- la-mano, por una parte y los entes que no-están-a-la-mano. El lugar, entonces, llega a ser el lugar geométrico de todas las cosas a la mano.

El habitar integra en el lugar el producto interno de todos los asimientos efectivos. Por obra de las manos, hay cosas y hay un mundo de estas que se despliega a nuestro alrededor.

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