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Plumas ajenas: Pedro Azara

Un monumento, como una obra de arte, responde a un fin, tiene sentido, y no es un capricho, pero la función a la que atiende no es evidente. No es gratuito, pero tampoco es un objeto de uso. Objeto o acción enigmática, plantea cuestiones acerca de su existencia. Se puede vivir sin él, incluso mejor, porque un monumento es molesto. Plantea preguntas que no siempre queremos tener presentes.

Pedro Azara, 2016

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