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Los lugares trabajados

Lewis Hine (1874- 1940) Trabajo de un mecánico en una bomba de vapor (1920)

El espacio en el que se reparte cooperativamente el peso de las tareas lo llamamos el ergotopo: sus habitantes, los ergotopianos, están unidos en comunidades de esfuerzo.

Sloterdijk, 2004

La moral capitalista, mezquina parodia de la moral cristiana, castiga con un solemne anatema la carne del trabajador; su ideal consiste en reducir al mínimo las necesidades del productor, en suprimir sus goces y sus pasiones, y en condenarle al papel de máquina redentora del trabajo sin tregua ni misericordia.
Paul Lafargue, 1880

Una economía constituye una intensa trama de tareas dominadas por el afán de incrementar globalmente el producto económico social. Este afán hegemoniza el orden ergotópico de los lugares habitados. Una gran parte del orden impuesto a nuestras ciudades obedece puntualmente a las solicitaciones de la organización social del trabajo y del intercambio generalizado de su producto.
Casi se nos va la vida en un esfuerzo colectivo en donde enajenamos algo constitucional de nuestra condición humana, en favor de un orden inhumano de incremento de una riqueza cada vez peor distribuida.

El humorista argentino Oski  (Oscar Conti , 1914- 1979) afirmó en cierta ocasión: el día que se avive el caballo, se acabó la equitación. ¿Qué haremos nosotros con nuestros propios jinetes? ¿Y con las riendas?

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