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La casa de Asterión

George Frederic Watts (1817- 1904) El Minotauro (1885)

Si quisiéramos intentar construir una arquitectura acorde a la naturaleza de nuestra alma -pero somos demasiado cobardes para eso- el laberinto debería ser nuestro modelo

(F. Nietzsche: Aurora, aforismo 169)

La autoridad de Jorge Luis Borges afirma que, como la casa de Asterión, esto es, el Laberinto no hay otra en la faz de la tierra. Por otra parte, a poco de avanzar en su descripción apunta: Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar.

Puede suceder que, efectivamente, seamos cortos y cobardes para reconocer que en nuestras casas se multiplican con exceso las estancias y los tránsitos y que cada lugar tenido por único —tenido falazmente como una única y propia esfera— en realidad es otro lugar. No es que no lo hayamos construido —esto es inevitable—, lo que nos resulta difícil para nuestra condición (que el filósofo tilda de cobarde), es comprenderlo.

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