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Hacia la arquitectura profunda de los lugares

Fez, Marruecos, 2016

Todo lugar habitado, más allá de sus determinaciones particulares de forma y contenido vivido, tiene como propiedad trascendente una arquitectura profunda.
Se trata de la propiedad de conformar una estructura habitable efectivamente desarrollada en el espacio y en el tiempo. La aprehensión intelectual y emocional de tal estructura podría constituir un positivo saber arquitectónico, imprescindible para un ejercicio profesional al servicio de la vida humana.
Una de las misiones que una Teoría del Habitar puede, con legitimidad, autoimponerse, es el desvelado de la arquitectura profunda de los lugares.
Por el momento, van emergiendo, como evasivas ráfagas de intuición, ciertas revelaciones todavía parciales de tal arquitectura.

Se trata de saber ver más allá de las apariencias superficiales, de la epifanía del accidente, para aspirar a la percepción de ciertas invariantes, de ciertas regularidades, de ciertas constantes que quizá constituyan el fondo de la condición humana.

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