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El decoroso tocado de Lisboa

Lisboa desde el Castillo de San Jorge

Investigo con la imaginación.
Bernardo Soares (Fernando Pessoa), O Livro do Dessasossego


Lisboa recuerda a una mujer ya entrada en años pero hermosa y bien arreglada. Tanto que no se deja ver sin su decoroso y elegante tocado. Desde sus abundantes miradores, la venerable se aprecia impecable en sus tejados. Y el viajero se admira de ello, lamentando el espectáculo desastrado de nuestras montevideanas azoteas, territorio de olvidadas oxidaciones asociadas al paso de palomas y algún gato.

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