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Programa teórico-político del habitar (I)

Albert Anker (1831- 1910) Hermanos escribiendo (1875)

Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana.
Karl Marx, 1856

Según parece, un primer punto en un programa político del habitar se constituiría en torno a la reelaboración teórica del derecho humano referente.
Así, tanto el consagrado derecho social y económico a la vivienda, así como el aún incipiente derecho a la ciudad, deberán tener una consecuente reelaboración.
En primer lugar, es necesario reparar que se trata no ya de un derecho programático que se centra en el uso y goce de una cosa tal como una vivienda, sino del reconocimiento de una relación humana constitucional de las personas con los lugares que habitan.
Seguidamente, se deberá entender que son el estado y la sociedad los sujetos estructuralmente obligados a generar las condiciones efectivas en las que todos accedamos a las implementación universal de los lugares habitados en todas sus escalas: residenciales, ciudadanas y territoriales.
En síntesis, es necesario elaborar a fondo la doctrina ética, jurídica y política del derecho a habitar.

Este punto principal es a la vez el primero en formularse y quizá sea el último en conformarse efectivamente.

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