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Un deseo nuclear de habitar

Evariste Carpentier (1845- 1922) Los viejos (s/f)

Tenemos una intimidad que proteger. Tenemos que tener un lugar al que volver uno y otro día.
Es por eso que deseamos contar con una casa, como deseo nuclear de habitar. En torno a este origen de coordenadas espaciotemporales se organiza todo el sistema de lugares que efectivamente habitamos en presencia, ocupación y tránsito. Hay una parte del mundo al que volvemos habitual, experimentado en profundidad, vivido con perseverancia. La casa es por donde recomienza cada día ese sistema de lugares: es una esfera y también el umbral de un laberinto hacia afuera y hacia adentro.

La casa comienza por ser un deseo puramente nuclear de habitar.

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