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Hacia una patología del habitar (III)

Asentamiento irregular en Montevideo

Imposible no conmoverse con el triste espectáculo de la infravivienda en los llamados asentamientos irregulares.
Nadie duda que éstos sean una muestra de más que obvias patologías del habitar. Pero también son patológicos los conjuntos residenciales empobrecidos para pobres. También son patológicos los enclaves puramente residenciales alejados de los servicios urbanos básicos. Hay muchas formas de generar no-ciudad y no sólo la pobreza y la marginación son los únicos agentes patógenos del habitar.
No basta con mínimos de adecuación: es imperioso que la ciudad prolifere en lugares dignos de nuestra común condición humana en forma orgánica, sistémica y estructural.
  • Si la ciudad se nos muere difundiéndose en el territorio, esto también es una patología del habitar.
  • Si la ciudad nos fragmenta en mosaicos socioespaciales, esto también es una patología del habitar.
  • Si la ciudad se descoyunta en enclaves empobrecidos de complejidad y vida, esto también es una patología del habitar.



La reivindicación de lugares dignos para vivir no es más vaga que la que reza: viviendas dignas. Por el contrario, es mucho más precisa, porque comprende al contexto global de la vida ciudadana.

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