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Apuntes de viaje (XX) Asomarse a las puertas


Fez, Marruecos, 2016

Disponer de un pasaporte de viajero supone una cierta licencia para inmiscuirse curioso ante las puertas.
Si es discreto uno puede asomarse a otros ámbitos y modos de vida que quedarán, como destellos en la memoria y como testimonios de otras voces que resuenan allí. Advertirá entonces que la virtud de las puertas es unir y separar a la vez, es vencer las distancias para ser derrotados por el espesor de las jambas, es oponer una delgada nada entre uno y otro lado del mundo, es prometer un ingreso que nos está vedado precisamente porque la puerta está allí. Porque en el umbral están, a título de centinelas, los Propios y nosotros seguiremos nuestro camino como los Otros que somos.
Hasta que lleguemos a la puerta que a nosotros nos toca cerrar y custodiar: la que clausura nuestro propio lugar.

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