Paul Gustav
Fischer (1860- 1934) Højbro Plads,
København (1921)
No hay ciudad sin comercio, es
la base de la cultura ciudadana. Por esta razón se puede definir la ciudad como
espacio público, como mercado, como ágora. Los ciudadanos no nacen, se hacen en
el ámbito del espacio público.
Jordi
Borja
Allí
donde hay alguien dispuesto a vender algo que se encuentra con otro congénere
dispuesto a comprar está el germen histórico de toda ciudad: un emplazamiento
en donde proliferan los intercambios, las alianzas y las competencias.
Por
ello los mercados abiertos son urbanógenos al más justo título.
Una
parte no menor de la salud urbana radica en la intensidad adecuada de flujos de
intercambios que allí tienen lugar. Por ello, el confinamiento de la actividad
en centros comerciales cerrados no es una buena cosa para la vida de las
ciudades. Por ello, la extensión de las regiones pura y exclusivamente
residenciales no es una buena cosa para la vida de las ciudades. Por ello, la
sustitución de la circulación peatonal segura y distendida por el tránsito
vehicular no es una buena cosa para la vida de las ciudades.
Puede
que el urbanismo del futuro siembre y cultive mercados como urbanógenos.
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