Eugenio Zampighi
(1859- 1944) Una familia feliz (s/f)
Puede
pensarse que la casa se origina en el primer pozo en la tierra allí donde se
hunde el primero e inaugural de sus cimientos.
Puede
pensarse que la casa se origina en el primer gesto que la mano traza sobre la
superficie de representación, esto es, en la primera delineación tentativa de
una intención que busca la forma.
Pero
puede pensarse que una casa efectivamente vivida se origina en los territorios
vagarosos del sueño, allí donde reside, como una semilla, el puro deseo nuclear
de habitar residiendo: disponer de un aquí al que volver una y otra vez.
En el
primer modo, la casa es una construcción material, en el segundo, es un
designio, mientras que en la tercera modalidad, la casa es, ni más ni menos,
una casa vivida.
Hay
arquitectos, ciertamente para las construcciones materiales y también para los
designios; ahora se buscan arquitectos para los lugares vivideros.
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