Le Corbusier
(1887- 1965) Villa Savoye (1929)
Diseñar es darle forma al futuro del
mundo en que vivimos. Sin embargo, por muchos motivos, esto parece una empresa
desesperanzadora fundada en los fracasos de nuestros predecesores, afirma Tim Ingold.
¿Es verdad que diseñar es
darle forma al futuro del mundo en que vivimos?
Lo
que le confiere forma efectiva al futuro de nuestro mundo es el proyecto, no el
diseño. La distinción entre el proyecto y el diseño es sutil, por cierto, pero
inequívoca.
Un
proyecto se lanza —por su virtud específica de advenir pro-yecto— hacia adelante, hacia un estado propiamente futuro.
Nosotros mismos somos proyectos: somos los lanzadores, la lanzadera y el
proyectil. Nuestra condición es siempre hipotética, conjetural, inacabada.
Pero
un diseño es una conclusión, un cierre, un acabado. La forma diseñada encierra,
constriñe, sofoca cualquier alternativa: se
es de cierta forma, toda posibilidad se extingue en ese momento.
Un
diseño es una concreción de un presente que en el momento de sacrificar las
alternativas fracasa irremisiblemente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario