Tom Roberts (1856- 1931) A las
tres menos veinte (1900)
De oikos nos quedan
los ecos de eco-nomía y eco- logía. En nuestras casas, por su
parte, nos quedan ciertos fantasmas evanescentes que ordenan los lugares de
vivir en torno a un centro profundo y entrañable.
*
* *
¿Qué
nos quedará de la casa?
¿Un
fantasma que convocamos con nostalgia? ¿El eco de una idea? ¿La huella
indeleble, pero borrosa, de una memoria antigua?
Los
lugares que efectivamente habitamos han mudado de aspecto. Se han constreñido a
dimensiones crueles, han perdido profundidad y misterio, se han diluido sus
significados.
Pero
conservan, allá en el fondo esa característica que quizá sea la última en
borrarse. Esa vocación cotidiana y constante para volver allí día tras día.
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