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¿Una esperanza epistemológica? (II)

Thomas Cole (1801- 1848) El sueño del arquitecto (1840)

La teoría del habitar sólo puede constituir una esperanza epistemológica para una cierta concepción de la arquitectura tenida como actividad social de producción. Esto es, una arquitectura cuyo ejercicio profesional constituya, antes que todo, un servicio social dispuesto para el mejor disfrute humano.
Esto tiene consecuencias.
En primer lugar, el acento de la cuestión arquitectónica se desplaza del edificio y su diseño a aquello que las personas realizan en y con éste. Es la vida de las personas en los lugares lo que cuenta y no ciertas características de la cosa diseñada y construida en sí.
En segundo término, aquello que hay que dilucidar es el conjunto de solicitaciones que conforman la demanda social por lugares que habitar, antes que la intuición, el destello o la epifanía del talento creador del artífice.

Por último, el habitar de las personas es objeto de investigación e interpelación para el obrar del arquitecto. Se trata aquí de un conocimiento previo y necesario para la elaboración de condignas respuestas y no una prescripción del artífice.

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