Aímé Pez
(1808- 1849) Idilio familiar (1839)
La casa no es un objeto, es un
proceso.
Rodolfo
Livingston, 2017
La
consideración de la casa como un proceso conduce necesariamente a la consideración
de la existencia de sus habitantes y. de ello, la atención peculiar al tiempo.
Mientras
que la construcción material sí es un objeto en el espacio, la vida de las
personas que allí viven se desarrolla según diversas solicitaciones tanto allí como
en el tiempo. Los avatares de la habitación de la casa constituyen, en verdad,
el proceso propio de la casa.
De
allí se infiere que, para la consideración pertinente de la arquitectura de la
casa no alcanza con la estimación de un objeto situado en el espacio, sino que
debe tratarse de la materia espacio-temporal de los lugares, del proceso que se
desarrolla en la existencia humana allí.
Las
casas, como procesos, constituyen arquitecturas vivas.
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