August
Holmberg (1851- 1911) Interior con
fumador (1911)
La casa no es un objeto, es un
proceso.
Rodolfo
Livingston, 2017
La
casa, entendida como proyecto, es un sueño realizado.
No se
trata de tomar levemente un tópico, sino de asumir una realidad constitutiva.
Una casa resulta de una proyección anticipadora que se elabora mucho antes que
las condiciones materiales puedan constituirlas en un presente vivido. Una casa
es, literalmente, un sueño, antes de constituir una realidad palpable. Y lo
sigue siendo a lo largo de una construcción morosa que ajusta, perfecciona y
desoculta un modo deseado de vivir, al que sigue el empeño concreto por
realizarlo. Atrás de cada decisión está un fondo soñado que nos guía por lo que
consideramos aceptable, deseable y oportuno.
El
diseño concreto y presente de nuestra casa no es nada más que una concreción
posible de un estado que no hace más que continuar, sin pausa, hacia el acabado
desvelamiento de aquello que, ya hace mucho tiempo, hemos soñado. Y la casa es
más que este diseño presente, es un sueño que se desvela, paso a paso, en el
tiempo.
La
arquitectura de la casa, no es, por consiguiente, un diseño estático en el
espacio, sino la forma propia de un proyecto histórico.
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