En la
casa-corsé el artefacto diseñado y
construido impone su desiderátum a la vida humana.
Por
ello, la arquitectura-corsé aprieta, angustia y constriñe. La
arquitectura-corsé es un ingenio, una astucia, un ardid. También puede decirse:
la arquitectura-corsé es la arquitectura tal como se acostumbra y resigna la
abrumadora mayoría de la humanidad.
Padecemos
agudamente las arquitecturas como corsés de la figura humana del habitar.
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