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Plumas ajenas: Manuel Delgado

[...] el turista es ante todo un espectador, un voyeur. Al respecto, sería suficiente para hacer su elogio descubrir en él una forma radical del flânneur baudeleriano, ese personaje central en la modernidad que se abandona a la pura travesía diletante de la ciudad, por el placer de caminar y sin otra tarea que la de gozar de las virtudes del puro observarlo todo. Pero el turista es más que un paseante ocioso, es sobre todo un merodeador. No sólo mira, sino que busca y encuentra, como Barthes advertía, ante todo signos, es decir nudos entre un significado que traía consigo y significantes que deberían estar ahí, como esperándolo.
Manuel Delgado, 2015
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