Palacio Bahia en
Marrakech
Uno
de los grandes aportes de la arquitectura árabe a una común cultura arquitectónica
de la humanidad es el peculiar destaque que tiene, en ella, el tratamiento
meticuloso del lado interior.
Para
disfrutar de los placeres de esta arquitectura, hay que adentrase en ella y
recorrerla con la piel. Son ejemplares los resplandores, las penumbras, las
texturas, el frescor y la musicalidad de los patios. Para disfrutar de los
placeres de esta arquitectura no basta con contemplar los lugares; hay que
habitarlos.
Sería
ilusorio y falaz imitar torpemente tal o cual gesto ornamental. Pero sería algo
importante aprender la lección definitiva sobre el papel de la delicada
membrana interior de toda arquitectura, esta que roza la piel.
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