Andrea Palladio
Villa Emo en Fanzolo
Existe
una confortación elemental y primara del cuerpo cuando, como se dice
comúnmente, éste respira a sus anchas,
cuando nada estorba al despliegue de la envergadura de los brazos, cuando las
manos no logran palpar nada molesto por los costados.
Un
mundo en verdad extenso es un mundo ancho. La amplitud se mide oponiendo y
distanciando entonces las diversas habilidades de las manos. Ejercer el poder
sobre una situación es en principio comprenderla precisamente con estas. Por
ello, satisface a nuestra propensión al dominio el disponer de estancias
amplias que merezcan una detenida mirada de lado a lado. Quizá por ello nos
simpatice por lo general la simetría bilateral de las fachadas clásicas,
proyección material y formal de una valorada imagen corporal.
Es
por eso que tan magnífica es la villa palladiana, que extiende con generosidad
sus alas laterales proyectando su mirada dominante y prudente sobre el paisaje
circundante y hecho propio.
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