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Plumas ajenas: Marta Vallejo

En este estar siendo, construimos refugios efímeros donde poner la carne en reposo. Espacios ínfimos donde maceramos afectos y defectos. Hogares discontinuos para rearticular lo que queda de nosotras al final del día.
Desde Kédougou, a dos pasos de la línea de puntos que separa en los mapas (y une por los caminos) Senegal, Malí y Guinea, me pregunto dónde está mi casa. Hasta dónde me siento como en casa. Puesto que cuando el cerebro se da a la fuga por la senda migratoria, el cuerpo le sigue con las maletas cargadas de alergias, tendencias y querencias.

Marta Vallejo Herrando, 2013

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