Escuela rural
hacia 1890
Cuando el sol pone a los pibes
delantales de aprender,
él aprende cuánto cero
le quedaba por saber.
Horacio
Ferrer, Chiquilín de Bachín
Cuando
el mundo es nuevo, todos los caminos llevan a la escuela. Todos los caminos son la escuela. Cada paso es un
aprendizaje.
Por
ello es que los urbanistas y los urbanitas deberíamos cuidar especialmente de
las calidades didascálicas del camino que a diario recorren nuestros niños. Por
esas calles empiezan a construirse nuestras Historias y Geografías, sin
soslayar nuestras Geometrías y Ciencias Sociales. Eso sí, bajo la condición
fundamental del currículo abierto, implacable y cruel propio de la vida en la
ciudad en que los dejamos vivir.
¿Cuánto
aprenden nuestros niños de las alegrías de vivir? ¿Y cuánto con las tristezas?
¿Cuánto aprenden bajo condiciones de confianza? ¿Y cuánto con el miedo? ¿Cuánto
aprenden con serenidad? ¿Y cuánto con la irritación?
¿Cuánto
aprenden con la adhesión? ¿Y cuánto con los rechazos?
En
los barrios, camino a la escuela, los niños aprenden con sus recién estrenadas
emociones, allí donde no llega el hálito del maestro.
Excelente articulo. Comparto al 100% sus impresiones..Enhorabuena !!
ResponderBorrarMuchas gracias por sus comentarios. No deje de consignar sus impresiones, sobre todo cuando no comparte el 100% del contenido. Así me ayuda mucho a pensarme las cosas con mayor detenimiento
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