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El punto de lo apropiado o conveniente

Peter Ilsted (1861- 1933) El comedor (1887)

La tercera de las demandas sociales acerca de los lugares habitados hace mención al decoro: nos merecemos lugares decorosos para vivir.
En consecuencia, los lugares, los escenarios, los atrezos y los gestos que pueblan las arquitecturas deben resultar apropiados o convenientes. Este valor tiene un profundo significado humano y no puede considerarse facultativo. Constituir un lugar apropiado quiere decir, desde una perspectiva muy concreta, que las personas pueden ver su propio semblante convenientemente arreglado reflejado en la compostura y arreglo de los componentes que rodean su vida. Constituir un lugar conveniente es conseguir arreglar las cosas de vivir según un orden, composición y estado que se ajusten a la contextura digna de los seres humanos que habitan allí.

De este modo, la tríada se cierra en torno a los valores de confort, dimensiones conformes y apropiación. Tal la tríada axiológica propia del habitar.

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