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Comentando a Jan Gehl (III)

Stoa de Átalo, Atenas

Cuando se circula a velocidades mayores que las que se registran al caminar o al andar en bicicleta, nuestras chances de ver y entender qué ocurre disminuyen enormemente. En las ciudades viejas, donde el tránsito es principalmente el movimiento peatonal, los espacios y los edificios se diseñaron en base a la escala de los 5 kilómetros por hora. Los peatones no necesitan mucho espacio para maniobrar, y tienen el suficiente tiempo de  ocio para poder estudiar de cerca los detalles de un edificio, como así también estudiar el fondo que se recorta en la distancia. La gente que circula cerca de uno puede ser vista tanto de lejos como de cerca.
La arquitectura de los 5 kilómetros por hora está sustentada en la abundancia de impresiones sensoriales. Los espacios son pequeños, las construcciones están pegadas unas a otras y la combinación de detalles, rostros y actividades crea una paleta rica en experiencias sensibles.
Al manejar un automóvil que va a 50, 80 o 100 kilómetros por hora, nos perdemos la oportunidad de percibir estos detalles y de mirar a las personas. Cuando uno se mueve a velocidades tan altas, el espacio para maniobrar tiene que ser grande, mientras que todas las señales tienen que ser simplificadas y ampliadas para que tanto los conductores como los pasajeros puedan absorber la información.
Jan Gehl, 2010

Se trata de observaciones singularmente sensatas.
Ante tanta deshumanización urbana, bien podría adoptarse, como patrón de medida del diseño urbano, el urbanita viandante, desplazándose a 5 km/h. Cuestiones como la curva de la atención, el ritmo perceptivo, la cadencia de la respiración, el ritmo de la marcha, los desplazamientos óptimos, la alternancias de movimiento y pausa y otras análogas podrían constituir importantes insumos para una metodología de diseño urbano que comenzara por los factores humanos. Es con los pasos de las personas que deberemos volver a medir estructuras arquitectónicas ejemplares, tales como la Stoa de Átalo en Atenas.

Porque las ciudades deben ser recuperadas para las personas.

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