Comercio en
Lisboa
Es
ejemplar encontrar, de tanto en tanto, un establecimiento comercial especialmente
decoroso.
Lo
que vuelve especialmente decoroso a tal establecimiento es, en primer lugar, el
respeto y cultivo de su contexto: los comercios demuestran una sana confianza
en su calidad cuando reprimen estridencias y se privan de marquesinas agresivas.
Los comercios de calidad gustan mostrar su mercadería con esmero y discreción,
invitan al transeúnte a pasar con gestos amables y contenidos. En el interior
hay lugar para la comunicación respetuosa, el sentido del servicio y el
asesoramiento.
El
comercio especialmente decoroso puede hacer pagar algún dinero más a sus
clientes y estos lo harán de buena gana si son
bien tratados arquitectónica y comercialmente.
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